miércoles, 24 de julio de 2013

Summer Love: Capítulo 4

Llevas corriendo 10 minutos. Estás cansada. Muy cansada. Paras en un pasillo azul, y ves una puerta. Entras. Todo está ocuro. Deslizas la mano por la pared, en busca de un interruptor de luz. Trás recorrer la áspera pared con la palma de tu mano, encuentras lo que te parece un bulto. Lo presionas con toda tu fuerza. Las luces se accionan. Ves un aseo, dividido en pequeños cubos. Entras en uno de ellos, y te apoyas contra la pared. Quieres llorar, pero no puedes. No hay lágrimas en tus ojos. Permaneces un rato más en esa pequeña habitación, y finalmente, decides salir. Divisas un espejo muy grande delante de ti, y después de él, a ti. Tu rostro se ve cansado, con ojeras, hinchado. Accionas el grifo, y una columna de agua sale de él. Bajas la cara y con tus manos recoges una pizca del agua que cae. Te frotas la cara. Piensas que así todo lo que ha pasado se irá de tus pensamientos. La puerta se abre lentamente, dejando tras de sí un chirrido. No quieres ver quien entra. No te interesa, o si? Giras la cara y lo ves a él. Ese chico de la playa. -Supongo que querrás estar sola, ya me voy. -No, estoy bien. Puedes quedarte. -Quieres hablar? -De que? Eres un desconocido para mí y yo una desconocida para ti. -Vaya, nunca había visto una desconocida tan sexy -Ni yo a un desconocido tan reincidente. Sonríe. Ves otra vez el filo de esos hoyuelos. Ves esa sonrisa tentadora. Esa mirada juguetona. Apartas la mirada, no te quieres enamorar. Ves que se acerca, y proteges tu rostro con el pelo. -Sabes, unos ojos tan bonitos no deberían ocultarse Te coge el pelo, y te lo aparta poco a poco, de arriba a abajo, hasta que llega al cuello. Lo roza. Te muerdes el labio en señal de debilidad. Él lo vé. -Cielos,esto es demasiado. Cuando te das cuenta, es demasiado tarde. Sus manos estan en tu cintura y su respiración baja por tu cuello. -Harry... No.... -Di para si quieres que pare ahora mismo No eres capaz de pronunciar ni una sola palabra. Sus labios ya no estaban en tu cuello, cada vez iban subiendo más y más, hasta que al final llegaron a tus labios. Estaba mal. No debíais. Pero la tentación era fuerte y tú eras débil. Sentías sus labios calientes sobre los tuyos.Y justo cuando él iba a avanzar un paso mas, se oyó el chirrido de la puerta. -María! Te quiero! Esa no era la voz de Harry. Reconocías esa voz. Finalmente te topastes con un resultado que no querías creer. Era la voz de Sam.